martes, 11 de enero de 2011

PREGÓN DE LA NAVIDAD 2010




PREGÓN DE NAVIDAD







Ha llegado una de las fechas más importante del año: NAVIDAD y con ella los sueños, las costumbres y las fantasías infantiles.
Es momento de ponerse a preparar todo lo que conllevan estas fechas, reuniones familiares, adornos, regalos, y el eje central para nosotros los católicos: El belén (el nacimiento).
Va a nacer en niño Dios y las islas comienzan a preparar el escenario donde sucedió tan maravillosa efeméride. Cada isla de este afortunado archipiélago ofrece al niño que va a nacer lo mejor que posee.
En el Hierro, el Faro de Orchilla alumbrará más que nunca haciendo señales como aquella estrella de Belén que guió a los Reyes Magos y pastores.
En Lanzarote, la cueva de los verdes, se prepara para servir como humilde morada en la va a acontecer tan gran milagro.
En la Gomera, las laurisilvas se reclinarán más hacia la tierra para preparar el mullido suelo donde descansarán José, María y el niño, y abrigar al buey y la mula que con su aliento calientan el pesebre.
En Fuerteventura, la casa de los coroneles se iluminará para dar cobijo a los miles de campesinos que se acercan a adorar al niño Dios.
En la Palma, el pan de manteca llenará los estómagos de aquellos que cantan los villancicos para adorar al niño que ha nacido.
En Tenerife, el Teide resplandecerá con la nieve, en la que dejan su rastro las huellas de los camellos que llevan a Melchor, Gaspar y Baltasar
Y en Gran Canaria a los pies el Roque Nublo, que dará abrigo a esta escena, todos los que se acercan, dejarán las ofrendas para que a ese pobre niño no le falte de nada.
Nosotros, fieles a nuestras tradiciones, prepararemos nuestros pasteles de carne, que junto con las truchas, son nuestras golosinas, después de una cena en la que no faltará el cabrito o la gallina.



El vino de la tierra sacará de nuestros corazones las canciones de esa noche “Alegría, alegría alegría, alegría alegría y placer, que esta noche nace el niño en el portal de Belén”.
Guitarras, bandurrias, timples y laudes, todos con la emoción y el misterio de esa noche, cantaremos con voz o sin ella, incluso desafinando pero con el corazón en cada estrofa.
Y después…a la misa del gallo.
Las señoras de Flandes (las campanas de la Catedral) ya nos llaman a la misa.
Andrés el ratón, fue a avisar a la calle peregrina a Don Néstor Álamo que iba a comenzar la misa del gallo. Éste le dijo a Andrés el ratón que limpiara sus condecoraciones y lavara sus pies antes de ir a la Catedral y que tenía mucha prisa para avisar a la Perejila de tal acontecimiento.
Y allá fueron. Mientras por los barrios, Pepe Caña Dulce vociferaba con su altavoz, armando tal escándalo que despertó de su ensueño a Rafael Amoniaco, quien se desperezó y exclamó que esa noche no iría nadie al potrero pero que avisaría a Lolita Pluma que mientras vendía sus cigarros y chicles canturreaba un arrorró a sus gatos.
En la Calle del Cano (Casañas el latonero) cantó con aquella voz de barítono su alegría y a la vez que enviaba a su hijo que difundiera la hora de la Misa por todos los comercios del entrono.
En esos días, es costumbre ir a visitar los nacimientos que se hacen en cada rincón de la Isla, ya son cientos, a cual más curioso gracias a la labor de los belenistas canarios y de particulares que con ilusión renuevan cada año su nacimiento.
Entre los de toda la vida, como no destacar el de San Juan de Dios, recuerdo como cada año llevaba a mis hijos a verlo, y de paso caía algún regalo para agradecer aquel nacimiento en el que no faltaba de nada. Lo mismo sucedía con el del Parque San Telmo, recuerdas Pascual cuando junto con el Belén se hacía la recogida de juguetes de la Casa Galicia y de TVE?
Y en los últimos años, ha ido cogiendo cada vez más fuerza el de arena de las canteras, cuando lo veo me imagino en la tranquilidad de la noche miles de cabezas de peces que salen del agua a riesgo de terminar cazados.
También, por estas calles de Vegueta, podemos ver los nacimientos que los pensionistas de San José realizan con tanto celo, bajaremos a la orden del cachorro canario, y a su lado santo Domingo, aprovecharemos después para entrar en calor con un buen chocolate caliente, para seguir hacia La Catedral, y terminar en los franciscanos sin olvidarnos antes de pasar por San Agustín.
No me voy a olvidar, de los diferentes nacimientos del resto de la isla, en cada iglesia o en cada Ayuntamiento uno: saliendo de Artenara vemos el de la iglesia de San Matías, y después podemos parar en Tejeda a tomarnos el primer buchito de café no sin ver el de la Iglesia del socorro, de ahí bajamos a la Aldea ya que nos han dicho que el doña Ana Almeida es digno de ver, y después hacia Agaete, a encargar un buen caldo de pescado y visitar al del amigo Pepín Santana.
No se nos olvide pasar por Guía a encargar un pizco queso de flor para acompañar el caldo y pasar por el nacimiento municipal, y de paso nos acercamos a Gáldar, a coger un poco de resuello con otro buchito de café en la plaza del Apostol, y acercarnos a Sardina a ver el belén viviente; para regresar enseguida, que ya hay hambre, a Agaete.
Con el estomago lleno subiremos a Moya a comprar bizcochos y suspiros para toda la familia, y no perdernos el impresionante nacimiento de Aridane, y para llegar a Arucas, pasaremos por Firgas y Valleseco, donde encontraremos seguro castañas para asar y el nacimiento municipal y el de la iglesia de San Vicente Ferrer.
En Arucas no podemos dejar pasar la visita a San Juan y pedirle salud, amor y dinero, pero claro, nos ayudará mucho el pasar por Telde a comprar algún numerito, y admirar el nacimiento canario de la plaza de San Gregorio.
Ya se ha hecho la hora de merendar y los niños piden truchas de plátano, pues vámonos a Valsequillo que allí en el bar de la plaza de la Iglesia, conozco una gente que cocina estupendamente, y los entretenemos un rato observando el nacimiento de San Miguel y estando allí, bajamos por San mateo a Santa Brígida, a encargar uno de esos vinos que no tiene parangón, sin olvidar sus dos bellos nacimientos municipales.
Se está haciendo de noche, y todavía tenemos que pasar por Ingenio, porque de seguro que el nacimiento del museo de piedra nos volverá a maravillar, y Agüimes, que en Espinales es famoso su belén viviente.
Para llegar así a Santa lucía, y allí cenar mirando al mar una viejita sancochada, para terminar saludando al faro de Maspalomas en San Bartolomé con su nacimiento tradicional y dormir con el arrullo de las olas en Mogán, tras dejar cerrando la Iglesia de San Antonio con su nacimiento.
Me permitirán, que por esa licencia que se nos da al ser abuelos, aunque no pueda compararse con los anteriores, haga mención a que este año he descubierto que hasta los clics de famobil se preparan para ir al portal, rodeados de animales de lo más variopinto, desde las típicas ovejas, a cocodrilos y delfines. Eso sí, no falta ni el castillo de los malos, ni el riachuelo, ni los Reyes y pastores, y como no, ese niño pequeñito en un pesebre al que todos miran con devoción.



Y hablando de ilusiones infantiles, en estos días, mis recuerdos se hacen si cabe más presentes, recuerdo como si fuera ayer que frente a casa, en el antiguo círculo Mercantil preparaban salones grandes, abiertos a la calle (siempre vigilados por Don Federiquito), con los juegos de luces y agua que hacían corren la fantasía de nuestras pequeñas cabecitas.
Desiertos con campamentos de nómadas en torno a un ángel que les daba la buena nueva.
La mujer dando de comer a sus animales.
El campesino arando la tierra.
El niño haciendo sus necesidades…
Aquel castillo de gente mala con Herodes rodeado por soldados por doquier.
Pero al fondo, en el cielo de papel azul con estrellas hechas de platina, una de ellas, la más grande, era la que guiaba a nuestros tres queridos Reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltasar.
Bajaban de sus tronos para rendir pleitesía al Rey de todos los reyes y con la humildad de los corazones grandes y nobles, llevaban oro, incienso y mirra.
¡Qué grandes los camellos!
¡Qué misterio se veía en esos seres callados que envueltos en sus capas de armiño, atravesaban lentamente el desierto dejándose llevar por la estrella.
¿Qué nos traerán los reyes Magos?
Ya estamos temblando de esa emoción que mezcla el miedo con la incertidumbre, siempre pensando que aunque no nos hayamos portado bien nos traerán los presentes que deseamos…!Tenemos que ponerle comida a los camellos, que vienen desfallecidos!, agua, alfalfa, y a falta de eso, otras golosinas.
Y allá, mucho más allá, un pesebre lleno de luz sobrenatural, donde una mujer (María) contempla ensimismada al niño que duerme entre pajas. San José la arropa y el buey y la mula dejan que sus hocijos asombrados de la escena (que en sus mentes no sabemos si ignorantes) que están contemplando con arrobo.
Ya los ángeles han corrido la voz y todos se van acercando al lugar más pobre e importante de la tierra.
La señora que lavaba en el río a secado un trozo de tela para llevársela al Niño, otro lleva una gallina, el de más allá a cogido la mejor oveja. Y así, unos y otros quieren paliar la pobreza de aquel Niño que no pudo nacer más humildemente.
¡No perdamos tiempo! ¡Hay que plantar alpiste, lentejas…para que sus frutos estén crecidos y hacer las fincas donde vamos a poner las gallinas, las cabritas, los conejos, los burros…
Hay que ir al campo a buscar musgo…
Tenemos que pintar los papeles de tierra, extender la platina reunida durante todo el año para hacer los ríos y el lago donde los patos y los cines nadarán a su antojo.
Que el ambiente huela a truchas recién fritas, a naranjas de la higuera, a retama.
Que no nos falte nuestro nacimiento y junto a él cantemos siempre (aunque nuestros corazones tengan sus tiempos de luz y sombra).
Es tiempo de: alegría, alegría y placer, que va a nacer el Niño en el portal de Belén.
Buenas noches y muchas gracias.


Rosa Maria Jorge Fierro.





Casa de Colón. Las Palmas de Gran Canaria
9 de diciembre de 2010.

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